El glutatión (GSH) es una molécula formada por la asociación de 3 aminoácidos: ácido glutámico, cisteína y glicina. Es el principal antioxidante con presencia en todas las células y ayuda a protegerlas de los radicales libres y los tóxicos celulares en general. En las células, el glutatión se encuentra en estado reducido (GSH) disponible para su función y, en menor cuantía, en su estado oxidado (GSSG), fruto de su acción de defensa de la célula. Una enzima Glutation reductasa la va reparando a medida que se oxida. Todas las células del organismo tienen glutatión, pero la síntesis de glutatión en el hígado se ha demostrado que es esencial.
La función principal del glutatión es proteger sus células y las mitocondrias del daño oxidativo y peroxidación. El envejecimiento disminuye la capacidad de producir glutatión reducido, al igual que diversos problemas de salud, como el Alzheimer, Parkinson, arterioesclerosis o las cataratas entre otros. La disminución del glutatión puede influir en el desarrollo de la arteriosclerosis y el daño coronario.
El glutatión es un antioxidante endógeno es decir, es producido en el propio organismo. Así mismo, protege de la acción de los oxidantes exógenos que adquirimos mediante la nutrición, es decir con la alimentación y la complementación como son las vitaminas y otras moléculas del reino vegetal.
Es interesante en enfermos crónicos, que padecen problemas respiratorios, digestivos, hepáticos o metabólicos como la diabetes. Se observa también una función desintoxicante, pues elimina tóxicos cancerígenos que el cuerpo absorbe mediante procesos llamados de conjugación y protege, además, de las radiaciones.