La vitamina C es esencial para nuestra salud e interviene en numerosos procesos fisiológicos. No solo estimula el funcionamiento del sistema inmunitario, sino que contribuye a la producción de colágeno y nos ayuda a absorber el hierro. A pesar de ello, nuestro cuerpo no puede producirla, por lo que debemos obtenerla de los alimentos.
¿Qué es la vitamina C?
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, se encuentra de manera natural en algunos alimentos, aunque también se puede sintetizar a nivel de laboratorio, por lo que suele ser un componente básico de los multivitamínicos. Las personas, a diferencia de la mayoría de los animales, no somos capaces de sintetizar la vitamina C, por lo que debemos obtenerla de la dieta.
Vitamina C, ¿para qué sirve?
1. Interviene en la síntesis de colágeno, un componente esencial del tejido conectivo que se encuentra en los vasos sanguíneos, tendones, ligamentos, huesos y la piel, ejerciendo una función estructural y contribuyendo a la cicatrización de las heridas.
2. Es un antioxidante muy eficaz ya que protege las moléculas de los daños que causan los radicales libres e incluso regenera otros antioxidantes, como la vitamina E.
3. Ayuda al cuerpo a absorber el hierro contribuyendo a evitar la anemia y la sensación de fatiga causada por los niveles bajos de hierro.
4. Estimula la síntesis de carnitina, un aminoácido que transporta los ácidos grasos al interior de las células para transformarlos en energía. Este proceso causa una pérdida de grasa corporal, reduce la fatiga muscular y acelera la recuperación tras el ejercicio físico.
5. Facilita el funcionamiento del cerebro promoviendo la síntesis de algunos neurotransmisores, las sustancias que permiten la comunicación entre las neuronas. También fomenta el crecimiento de las células nerviosas y tiene efectos positivos sobre el aprendizaje y la memoria.